lunes, 30 de junio de 2008

Hipocresía y realidad

El régimen y su aparato mediático se rasgan hipócritamente las vestiduras ante las condiciones que les ha tocado afrontar a los prisioneros en manos de las FARC-EP. Condiciones difíciles, no porque el producirlas sea la concepción de la Organización, sino porque están en el corazón del Plan Patriota, plan de guerra contra el pueblo con participación directa de E.E.U.U., a lo que nadie llama intromisión en asuntos internos.

Los más avezados defensores del uribismo intentan mostrar una pulcritud de Estado que no existe, ocultando su faz de terrorista, ellos si, con una concepción adquirida en las escuelas de tortura y de violación de los D.D.H.H., dirigidas por los Estados Unidos.

Los prisioneros de guerra, presos políticos y presos sociales hemos padecido cientos de vejámenes que quedan ocultos en las mazmorras porque aquí si no viene ningún “defensor” a escarbar la cruda realida. ¿Acaso no son terrorismo las torturas que nos aplican al momento de la detención para que aceptemos culpabilidad, o las que luego sistemáticamente se extienden en el peregrinar por las diversas prisiones en políticas represivas materializadas por el INPEC? Aquí hemos padecido encierros en celdas donde han echado gases hasta producir desmayos, por asfixia. Aquí nos han encadenado de pies y manos para luego golpearnos con patadas y garrotes en lo que olímpicamente llaman “el escorpión”. Aquí algunos han perdido órganos y hasta la vida; caso reciente, el de nuestro compañero JORDAN JAVIER RAMIREZ, asesinato por el que nadie responde. Se “espantan” por el caso de EMMANUEL, pero no dicen nada por los cientos de niños secuestrados en las cárceles del régimen.

Se arma una polvoreda frente a la propuesta sensata de Chávez de quitarle el inicuo calificativo de terroristas a las FARC-EP, pero callan ante el magnánimo esfuerzo del régimen por darle reconocimiento político a las bestias del paramilitarismo.
Las falaces voces de los guerreristas de corbata, confundiendo a la opinión nacional e induciendo a la profundización de la guerra, no son más que la forma de proteger sus recursos mal habidos. Lo que debemos hacer los colombianos es reconocer la realidad del conflicto y obligar al régimen a hacer el canje de prisioneros y comprometernos en la búsqueda de la paz y esa paz... es con justicia social.

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