lunes, 30 de junio de 2008

Bolívar, sinónimo de paz, libertad y justicia social

Hombre generoso, nacido de las entrañas de un pueblo que sufría la más abominable de las vejaciones por más de 300 años, llamado “El Libertador”, quien a lo largo de su prolífica existencia, en cada una de las líneas escritas, en las febriles palabras que dirigiera a los pueblos, en sus actos cargados de profunda preocupación por todo lo humano, hizo alusión a temas innumerables que, consideró, tenían que ver con la felicidad de los pueblos y, por tanto, exigían su pronunciamiento y paternal preocupación. El “Padre de la patria” entregó su vida por una opción, por su proyecto que es el mismo de nuestros pueblos y de las amplias masas laboriosas. El contenido nacional-popular de su lucha y de la del ejército patriota, dio su sello propio a las ideas sobre la democracia y la política, la libertad, la igualdad, la justicia, las transformaciones sociales, la educación y las normas de vida, la solidaridad y amistad entre los pueblos, la construcción de un orden mundial más justo, la estrategia, la guerra y hasta el amor.

La vocación del Libertador por la democracia es una constante durante su vida pública. De manera reiterada manifiesta que su preocupación es lograr que nuestros gobiernos sobresalgan entre los más democráticos del mundo. La concepción de la democracia del Libertador se prefigura en el desprecio profundo que ha sentido el despotismo que llega, después de la liberación de América, a usurpar la legitimidad de la voluntad popular.

El Libertador luchó por transformar su presente y por construir su utopía, sus sueños. Es un sueño inconcluso el suyo, que las nuevas generaciones de combatientes bolivarianos trabajan por hacer realidad. Por ello vamos optimistas, tras la estela de El Libertador:

Cuando la opresión no deje más alternativa, la insurrección, la guerra de liberación, constituye el legítimo recurso de los pueblos para lograr la libertad”.

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