miércoles, 14 de enero de 2009

REFORMISTAS O CONVERSOS...!

Estos son tan antiguos como el capitalismo, considero que inherentes a el. Surgieron a la sombra de la burguesía que los aprovecho en las entrañas de la clase obrera y los movimientos de izquierda para predicar la inconveniencia de la transformación de la sociedad capitalista de explotadores y explotados, porque a través de las reformas y gracias a la “generosidad” de los burgueses se pueden lograr reivindicaciones y conquistas democráticas que hacen innecesaria la revolución. Esta concepción oportunista de la derecha, mediante la cual la burguesía infiltro a los trabajadores para defender el capitalismo y evitar las revoluciones, fue llamada por Lenin “ECONOCINISMO”.
Los reformistas están por el capitalismo con la ingenua creencia que este puede ofrecerle a los trabajadores migajas para atenuar sus difíciles condiciones de vida; en la izquierda el reformismo es muy característico en los partidos social demócratas y los mamertos de nueva pila, los reformistas reniegan del socialismo y de toda transformación social y de fondo, ellos neutralizan la lucha social y de masas.

Esto no es nuevo como quieren hacerlo ver algunos conversos, semejante aberración de la lucha revolucionaria surgió con el marxismo, es mas, en las primeras revoluciones, victoriosas o no, la contradicción fue enconada entre reformista y comunistas, por lo general los primeros terminaron al servicio de la contrarrevolución y de la conspiración derechista. Lenin enfrento a los mencheviques y a los reformistas de todos los pelambres, quienes pretendieron detener el gran octubre rojo con el falaz argumento de que el socialismo no era necesario, porque en el capitalismo era posible buscar cambios a través de reformas paulatinas.
La lucha de clases sigue siendo el motor de la historia y de las transformaciones políticas y sociales en todas las latitudes; el reformismo promueve una izquierda adocenada y sometida al poder burgués, sirviendo de obstáculo para los cambios democráticos y sociales que tanto soñamos para la patria grande.
Entonces debemos llamar las cosas por su nombre, y definamos si son reformistas o conversos.

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