EL DESEMPLEO Y EL HAMBRE CAMPEAN

No es racional que aceptemos vivir en un país que cuenta con altos recursos naturales, rico en biodiversidad y, que en la realidad más de la mitad de la población deba sobrevivir en condiciones de extrema pobreza. Creemos que es el interrogante clave que debemos hacer para profundizar en el origen de este lastre que a diario soportamos los mas humildes de Colombia. Tan dramática es la situación de los Colombianos que treinta millones de compatriotas viven en la pobreza, de los cuales diez millones viven en indigencia, el 15% de nuestros niños menores de 5 años padecen de
desnutrición crónica y con ello causal de muerte de 20.000 niños por año y, como si fuera poca la barbarie, el gobierno grava con IVA los productos de primera necesidad, mientras exime de impuestos a los ricos. Los pobres andamos sin empleo, sin educación, sin comida, sin salud, siendo esta, una sociedad de ­­­­inequidad rampante.
Para lograr eliminar la explotación de clase y las desigualdades sociales que nos impone el sistema, no debemos seguir siendo indiferentes con nuestra dura realidad, ni mucho menos neutrales ni pasivos en esta batalla entre ricos haraganes y un pueblo que exige justicia y dignidad. Porque de lo contrario nuestras próximas generaciones estarán a merced del hambre y de la miseria; pero si damos la pelea a lo mejor la palabra pobreza y hambre serán cosas del pasado y de la historia.
Se equivocan los representantes de la oligarquía al creer que sus aparatos ideológicos seguirán llenando de ilusiones al pueblo Colombiano frente a la grave crisis social en la que vivimos.