martes, 2 de junio de 2009

LA OBSESIÓN DEL MESIAS

Es la gran obsesión y avaricia por mantenerse en el poder desde el mismo día que pisó la casa de Nariño, mostró el cobre, dejó ver su enfermedad por acabar cualquier foco de resistencia o grupo político que tenga forma distinta de pensar.

Desde ese mismo 7 de agosto de 2002, dijo que acabaría con las organizaciones insurgentes y dio un plazo 18 meses para tenerlos en la cárcel o dados de baja, lo que olvidó es que la insurgencia colombiana es una guerrilla fogueada en todos los escenarios y no actúa en forma improvisada, sino que ya tiene sus planteamientos plasmados en documentos claros y públicos como son el programa agrario, la plataforma política y kits estatutos que rigen la formación de sus militantes.

La obsesión de Uribe dio un giro al no poder acabar con la insurgencia y se fue lanza en ristre contra el pueblo y ordenó quitarle el agua al pez, o sea ordenó las famosas redadas masivas y llevó a la cárcel a miles de campesinos, indígenas y personas del común que fueron llevados a los tribunales sin tener ningún vínculo con las organizaciones rebeldes por el solo hecho de ser pobres.

Siguió su obsesión por mantener la hegemonía sobre el pueblo colombiano y se lanza a la primera reelección y tuvo la bajeza de pagarle a dos congresistas para que le fuera aprobado la reelección y de paso la violación a la constitución nacional.

Como si fuera poco, creó un show con sus hijitos los paramilitares y armó una tragicomedia de un proceso de paz. Es decir: nosotros negociamos con nosotros, pero todo fue un cambio de táctica, sacó los paramilitares del campo donde ya habían masacrado a campesinos que no fueran sus fichas y llevó sus paracos a las grandes capitales para que a punta de fusil poder conseguir los votos y seguir en el poder.

A toda esa perfidia se le suma la grave crisis en instituciones como el DAS, la policía, el ejército y ni hablar del Congreso, algo jamás visto en ningún país del mundo que se denomine democrático: el 80% de los votos que obtuvo el Congreso en las pasadas elecciones estaban empañados por la corrupción o compra de votos y lo más grave salpicados de sangre de humildes campesinos que no se doblegaron y fueron arrasados por los escuadrones de la muerte.

Por todos estos hechos hay una docena de congresistas en las cárceles de Colombia, aunque condenados a penas irrisorias y que muy pronto estarán en sus madrigueras cambiando de plumaje y de garras como las aves de rapiña para acechar de nuevo y volver a reencauchar y seguir asesinando yrobándole lo que le pertenece al pueblo Colombiano, o acaso podemos olvidar los miles de millones que se robó el ministro estrella de Uribe, Fernando Londoño Hoyos, esto de tener estadísticas de todos los atracos que le propinan los funcionarios públicos a los rublos del pueblo en general.

Hoy el señor Uribe está listo para otro período y hay varias catapultas apuntando hacia la segunda reelección.

Si falla el referendo de Luis Guillermo Giraldo y David Murcia nos vamos a la ponencia de Jorge Visual Martelo y Nancy Rodríguez que ya pasó a debate, si la corte nos chuta por ser inconstitucional por la reelección anterior, entonces nos jugamos la última carta que es el proyecto de reelección de alcaldes y gobernadores. Esto si funciona, porque ya no sería el doctor ternura Luis Camilo Restrepo , Armando Benedetti o Eris Morris quienes seguirían los votos, sino que le tocaría a los 1210 alcaldes y 32 gobernadores que conseguirían los 7 millones de votos para perpetuarse en el poder.

Pobre pueblo colombiano si hasta la fecha llevamos unos 3000 muertos por los falsos positivos en la mitad del país, ¿cómo será después que aprueben la reelección de alcaldes y gobernadores?, donde les están entregando cheques en blanco y brazaletes para conseguir la reelección a cualquier precio.

Es grande el dolor que tenemos hoy los amigos de la convivencia, de la armonía, de la paz, pero nos va a tocar bastante duro conseguirla. Como dijo el gran sabio”Si quieres la paz, prepárate para la guerra”, y así poder conseguir lo que las grandes mayorías anhelamos la paz duradera con independencia, con armonía, con la libre autodeterminación de los pueblos con amor, paz y justicia social.

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